Pesadillas

sábado, 17 de julio de 2010


Han pasado bastantes horas ya, desde que tuve la última pesadilla… sin embargo siento que sigo en un sueño, que aun no despierto. No es un sueño común y corriente, de esos que suelo tener, donde se que si camino fuerte y me impulso puedo elevarme y flotar en el cielo, ver las luces de cierto lugar que desconozco o que en muchas ocasiones es siempre el mismo.
Este es uno de esos sueños cansados, que sentimos que duran muchas horas, que por más que queremos despertar… simplemente no podemos, pues el peso de los parpados es inmenso, sentimos recorrer el sudor por nuestra frente, bajar por las mejillas para finalmente llegar a nuestra garganta y posarse en el cuello.
Cierro mis puños, siento como se ponen tensos. Al mismo tiempo es fácil darme cuenta de que mis uñas están encajándose en la piel de la palma de mis manos, signo de que… el sueño está pasando a ser una pesadilla, o una realidad dolorosa, el enfoque puede ser cuestionable. Siento mi piel tensa, el latido de mi corazón agitarse más de lo habitual, muevo mis ojos en muchas direcciones, mi cuerpo se estremece, trato de gritar pero mi garganta se ha secado, no puedo moverme, no entiendo que es lo que sucede, ya no sé si continuo soñando o ya he despertado.
LO LOGRE, por fin desperté, siento como mis manos se destensan, mis uñas se desencajan de mi piel, que ha sido perforada en pequeñas partes, y veo que tengo ya unas cuantas gotas de sangre en las palmas de las manos. Me gusta lamer esas gotas de sangre, y aun no comprendo porque hago eso.
Es extraño sentir algo que no me deja levantarme de la cama, levanto las sabanas y encuentro un brazo, de piel cálida con un pequeña pulsera… sigo sin entender qué diablos pasa aquí.
¿Quién es ese sujeto?, ¿Qué hace dentro de mi cama?, ¿Por qué esta abrazando mi piel?
Me armare de valor y levantare las sabanas blancas y con aroma a vainilla y cigarro que cubren su rostro, descubriré quien es y por fin saldré de esta maldita duda. Acercando lentamente mi mano a la sabana que cubre la identidad de este ser me doy cuenta de que a cada centímetro avanzado mi pulso se acelera mas, mis manos tiemblan y sudan, parpadeo rápidamente y se me seca una vez más la garganta.
Antes de levantar la sabana y descubrir el rostro de aquel hombre, paso mi mano sobre su cara cubierta, puedo sentir sus ojos cerrados, su nariz perfectamente perfilada, sus labios gruesos, llenos de pasión aun. Sin embargo el miedo no me ayuda a dar el pequeño gran paso de descubrirle el rostro. Cierro mis ojos… respiro profundamente, contando hasta 10 lentamente,
1…2…3…4…5…6…7…8…9…10…
¡Es momento de levantar ya la sabana! , conocer quién es y salir ya de dudas.
Tomo la sabana, comienzo a levantarla suavemente, y siento una ráfaga de viento que mueve mi cabello enmarañado, el aire me distrae haciendo voltear hacia atrás. Todo se torna oscuro, siento como el aire penetra cada uno de mis poros, pasa por mis oídos, entre mi escasa ropa, sigo parpadeando sin saber qué es lo que sucede, cierro los ojos y vuelvo a contar
1…2…3…4… estoy calmada ya, 5…6…7…8… debo de abrir los ojos y mirar 9…10…
¡MIERDA! Ya no esta…

4 comentarios:

Unknown dijo...

u_u las pesadillas no siempre son muy chidas... la onda es que nos enseñan a enfrentar nuestros miedos... u_U

TOLE dijo...

La paciencia y el tiempo son virtudes y hay que saber administrarlas

Pamolita dijo...

tendras otra oportunidad de descubrir lo que detras de tus pesadillas hay,espero que la proxima vez reunas la fuerza necesaria!

olvidar y avanzar...

Roy dijo...

Me gusta lamer esas gotas de sangre, y aun no comprendo porque hago eso.Me encantó esa frase. Me quedé con ganas de leer más,tus letras me atraparon.