¿Como decirlo? ¿Como hacerlo? ¿Como enfrentarlo?
¿Como hacer que no sienta miedo o impotencia?
Son preguntas que han estado dándome vueltas en la cabeza en estos últimos días. La decisión esta tomada, las ganas están presentes, el deseo es latente, solo que en ocasiones me siento en un estado catatónico. Me quedo quieta, pensando, imaginando mil y un escenarios posibles en mi cabeza y todos son muy diversos. Van desde los momentos llenos de felicidad, gozo y alegría pasando por momentos amargos e incluso llego a escenarios llenos de tristeza, lagrimas y estupor.
¿A que le tengo miedo? ¿Le tengo miedo a sus palabras? o ¿quizá solo a su reacción de desaprobación?
No entiendo porque me estoy torturando de esta manera. Me la paso pensando día y noche como decir todo de la mejor manera, sin que nada suene inventado o exagerado para sus oídos. Siento que todo lo que llevo pensado no sirve, que nada los dejara satisfechos, que existirán rencillas al final de todo.
Quizá solamente me estoy sugestionando. De todos modos, cuando di el primer paso me sentía igual que ahorita, y al final de cuentas todo salio diferente. No me quisiera confiar.
¿Tengo que seguir pensando como lo dire? ¿Tengo que seguir imaginando los escenarios?
Tengo que dejar de hacerme tantas preguntas.
Nadie mas las puede ni las podrá responder mas que yo.
Difícil situación pues, al resolverme dos preguntas me surgen 20 mas.
Solo se que dentro de mi no hay temor ni duda hacia la decisión solo hacia la acción que comprende a los terceros. ¿Será demasiado difícil?
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