Hace unos días le comentaba a mi hermana Ana la extraña sensación que tenía sobre mi comportamiento. Siento que aunque pasan los años, sigo siendo la misma joven de quizá 17 a 20 años. Me siguen gustando las mismas peliculas para niños, los gatitos, mi voz no ha cambiado, incluso mi cuerpo (aunque si he subido de peso) pero, dentro de mi, mi escencia, sigue sintiendose joven y no como de alguien que tiene 26 años...
Me detengo a pensar si eso estará bien, si está bien seguir con ese sentimiento dentro de uno, de seguir comportándose como joven... como adolescente, aunque se que he madurado en muchas otras, y que mi forma de pensar y de actuar ante determinadas situaciones si ha cambiado y mejorado.
Hoy 30 de diciembre de 2013, termina para mi un ciclo laboral lleno de muchos aprendizajes, corajes, enseñanzas y satisfacciones que te dejan todos los trabajos. Disfrute este trabajo como todos en los que he estado (aunque no han sido muchos).
Este dos mil trece trajo consigo muchas alegrías, muchas fiestas, aventuras, nuevos retos, corajes, momentos de estrés, pero como en todos los años, me dejó mucho aprendizaje.
Me di cuenta de que soy una mujer que sabe escuchar, entender y perdonar. Eso es ya un gran logro para mi.
Para mi, el 2013 me dejo la experiencia mas hermosa que he vivido hasta ahora, casarme con la persona que me llena, que me hace feliz y que ilumina mis noches y calienta mis días de lluvia y frío. Se que este nuevo camino que estamos emprendiendo los dos, nos llevará a lugares increíbles, a vivir experiencias únicas como pareja. Mientras tanto, seguiremos disfrutando al máximo todos nuestros días y noches que se que no tendrán fin.
Me siento agradecida por tener un año más a mis padres, a esos dos seres humanos que a pesar de los enojos, los regaños, la distancia y las dificultades, siempre están ahí para mi en cualquier momento, listos para escucharme, aconsejarme y consolarme en caso que así lo necesite.
El pertenecer a una nueva familia es algo diferente, es necesario aprender y conocer a los nuevos integrantes de esa familia, aprender a sobrellevar las diferencias que en algún momento surgen, pero es ahí donde surge la magia y la habilidad para superar esos pequeños momentos, pero que quizá son determinantes en una relación.
El tener en nuestro nuevo hogar a dos pequeños animalitos ha sido una nueva experiencia, si bien, antes no había convivido mas que con perros, tener gatitos es otro mundo, tienen otras costumbres, otra rutina. En definitiva son polos opuestos. Pero ambos comparten dos cosas, ambos se sienten felices al verte llegar y te dicen que te extrañaron en todo el día muy a su modo (maullidos y caricias) y la otra es que siempre, siempre van a ser tus mejores amigos, sin importar si son de raza o no.
Me da gusto saber que a pesar de la distancia, el tiempo o las circunstancias aún puedo contar con mis amigos para platicar de cualquier cosa, ponernos al tanto de todo lo que ha pasado en nuestras vidas sin perder el hilo de las pláticas, recordar siempre los momentos divertidos que hemos pasado.
Como cada año, esto me lo escribo a mi, para recordarme que cada año que pasa y que vivo, es único e irrepetible, que las experiencias y enseñanzas no se repiten y que, tengo que aprender de ellas y poner atención en todo momento.
Gracias, gracias por seguir siendo la mujer que soy, divertida, feliz, enamorada, cariñosa, emprendedora, luchona y modesta (lol).
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